jueves, 1 de septiembre de 2011

Todo empieza en realidad por querer saber más



Now.
Not now.
And now.
Now.
Gertrude Stein


La anécdota es simple: una mujer encuentra a un hombre ¿muerto? bajo una roca en el desierto. ¿Por qué narrar una historia de amor donde el protagonista es el lenguaje? ¿Por qué narrar? ¿Por qué es la voz que narra un hombre, una mujer, una mujer-hombre, un ventrílocuo? ¿Interviene aquí la reconstrucción de fragmentos? ¿Interviene? ¿interviene la voz, los fragmentos? Interviene, sí, la voz que habita distintos cuerpos, que puede migrar de cuerpo a cuerpo, la voz que habla por otro y la voz que emprende una larga trayectoria que va del sonido a la escritura ¿cómo se narra un desmayo, una voz, cómo se narra una anécdota simple en la que una mujer encuentra a un hombre "muerto" bajo una roca en el desierto? ¿cómo la urgencia por la orilla de la orilla de la orilla de la orilla? La anécdota es simple: "El amor siempre ocurre después, en retrospectiva. El amor es siempre una reflexión / un halo de bondad o de daño / luego entonces, el que cuenta sueños, traiciona [trastoca]: reescribe".

Esta es la historia de cómo una mujer está siendo tocada por la muerte. Esta es la historia. Ese ir y retroceder. Ese no saber. La historia de una mujer que visita otro planeta. Ésa historia. Ese estar a punto de evocar o de unir. Y la manera de quedarse quieto. Y la historia de una mujer contando la historia de un hombre que es sólo una mujer. Y la historia de esta pausa, de este titubeo. Esta es  la historia de quienes siempre se quedan en los andenes, de quienes se preguntan cómo comenzó el desierto. Y la historia de la habitación de las palabras. Y la historia de la habitación de las palabras. Y de quienes se preguntan cómo comenzó el desierto. Es esta la historia de los que siempre quisimos saber:

a) las posibilidades de la discontinuidad histórica
b) las históricas posibilidades de la discontinuidad
c) las posibilidades de la historia discontinua
d) la historia discontinua de las posibilidades
e) la discontinua posibilidad de la historia
f) todas las anteriores

Porque yo quise saber más, ella quiso saber más, tú quisiste saber más. Porque nunca estuve segura, en realidad, de cuál era el inicio, de si éste es o no el inicio. ¿Aquí? Una mujer que lleva a casa al hombre moribundo del desierto. ¿Aquí empieza el lenguaje? ¿Acaso esto era curar, era el amor, era el lenguaje, esta intrusión, esta yuxtaposición, esta irrupción súbita y premeditada? Aquí el desierto (la nada), una habitación (la nada), una terraza (la nada), un restaurante (la nada), Nueva Orléans o Nuevo Urano o Nuevo Saturno, tal vez Nueva Lisboa, tal vez el trópico, tal vez la nada. La anécdota es simple, es ficticia, es simple (es ficticia): una mujer escribe una novela sobre una mujer que escribe novela sobre una mujer que encuentra a un hombre ¿muerto? bajo una roca en el desierto. Cito: "No se narra para decir. No se narra para comunicar. Se narra para producir una sospecha de realidad. Narrar es una forma de demencia que se llama escritura, que es una forma de demencia que se llama pensamiento, que es una forma de demencia que requiere de narrarse a sí mismo. Sólo los habitados narran. Narrar es una habitación".

No pretender explicar nada sobre el amor. No pretender. No articular. No balbucear. No dirigir. No digerir. No conjugar. Esto no es una historia. La anécdota es simple: un desierto encuentra a una mujer bajo la roca de un hombre. Esta es la historia en la que un hombre se desvanece. Esta historia contiene el desvanecimiento de un hombre. La esquina donde los fantasmas del mundo deletrean el cuerpo de lo que no está.

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